Cuando comencé a soñar con él, a imaginar historias a su lado incluso dormida, es cuando me di cuenta qe estaba enamorada, que no tenía remedio ya.
Llorar por la impotencia de necesitar un abrazo, de querer dormir entre sus brazos una noche, de rozar sus labios como vía de relajación, querer una caricia suya que te erice la piel por completo, escuchar su sonrisa y correr a hacerla tuya, escucharle cada una de sus rabietas y dejarle mi hombro para que descansen sus lágrimas.
No sé por que estoy tan segura, pero sé que él es el único hombre al que podría querer con todas las fuerzas que en este cuerpo caben.
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