Y es que hiciste que me sintiera en casa, el sitio en el que ansiaba estar, entre tus brazos, observando tu sonrisa, respirando el mismo aire y sonriendo ante las mismas cosas. Echaba de menos tus manos rozando mi cuello, tus dedos enrredarse en mi pelo y tener el fondo de mi pecho a punto de explotar a tener mil pulsasiones por segundo.
No quise que ese momento terminase nunca, quería hacerlo eterno. Que siempre fueces mio y yo tuya. Imaginar que los errores del pasado no existian, que jamás habíamos dejado de estar juntos. Quiero que seas tú el que calme la soledad, el que ilumine mi rostro con su sonrisa. Quiero reflejarme en tus ojos cada mañana, compartir fines de semana inolvidables. Quiero sentirte sonreír en cada beso. Quiero volver a ser tu chica, esa a la que protegías con uñas y dientes.
9 de Julio |
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